Hay quienes dicen que la Fórmula 1 no es un deporte ni tampoco un negocio, sino una religión y, como consecuencia de ello, existen une serie de lugares que toda persona más directa o indirectamente vinculado a este mundo (pilotos, ingenieros, mecánicos, periodistas o aficionados) tienen la obligación de visitar al menos una vez en la vida. Y entre esos lugares sagrados encontramos el Circuito de Imola.
Esta pista tiene una longitud de 4,9 km y un total de 19 curvas, siendo un circuito bastante rápido y desafiante. Uno de los pilares fundamentales que hacen única esta pista es que para muchos se trata del corazón de los ferraristas, ya que, de todos los circuitos de la Fórmula 1, es el que se encuentra más cerca de Maranello (a unos 70 km), la sede de Ferrari, el equipo más laureado de la Fórmula 1. No solamente se encuentra en la misma región de la casa de Ferrari (Emilia-Romagna), sino que además el nombre completo del circuito es Autódromo Enzo e Dino Ferrari, homenajeando al fundador de la Scuderia (Enzo) y a su hijo (Dino) que falleció por cáncer en 1956.
La primera vez que la Fórmula 1 celebró un Gran Premio en este circuito fue en el año 1963. Sin embargo, se trató de una carrera no puntuable para el campeonato oficial. En aquella prueba ganó el escocés Jim Clark a los mandos de un Lotus, convirtiéndose en el primer ganador.
En el año 1979 se celebró otra prueba de Fórmula 1 en Imola, teniendo como ganador en aquella ocasión a Niki Lauda con su Brabham-Alfa Romeo. Esta carrera, al igual que la de 1963, no fue puntuable para el Campeonato del Mundo, aunque a partir del año siguiente (1980) empezó a formar parte del calendario del mundial.
En 1980, el circuito de Monza estuvo reformándose y se pasó la sede del Gran Premio de Italia a Imola, siendo este caso el único en la historia de la categoría reina. Nelson Piquet fue el primero en ganar en Imola, estando este circuito en el mundial como prueba puntuable de forma oficial. A raíz del éxito del Gran Premio, se volvió a Monza de 1981 en adelante, mientras que Imola continuó y pasó a denominarse como Gran Premio de San Marino, ya que, por un lado, la Fórmula 1 prohíbe que dos grandes premios reciban la misma denominación y por otro, porque San Marino es un país que se encuentra dentro de la región de Emilia-Romagna. Ininterrumpidamente estuvo desde 1980 hasta el 2006.
Si la cara luminosa de esta pista es ser la casa de Ferrari, la cara oscura de Imola fue sin duda la edición de 1994. Para muchos, el Gran Premio de San Marino de aquel año fue el fin de semana más negro de toda la historia de la Fórmula 1 por la cantidad de desgracias que sucedieron en tan solo 3 días.
El viernes durante los entrenamientos libres, un por aquel entonces joven Rubens Barrichello, tuvo con su Jordan el accidente más violento de su carrera deportiva. Sin embargo, no hubo consecuencias graves para él. El sábado, el debutante austríaco Roland Ratzenberger tuvo un brutal accidente con su Simtek a unos 320 km/h en la curva Villeneuve contra un muro de hormigón, perdiendo la vida varias horas más tarde en el hospital. Fue la primera vez desde 1982 que no moría un piloto durante un Gran Premio de Fórmula 1. Pero, desgraciadamente, la tragedia no acabó aquí. El domingo, día de la carrera, un accidente en la salida entre el Lotus de Pedro Lamy y el Benetton de JJ Letho provocó varios heridos en la tribuna principal al caer piezas en los aficionados a causa del choque. El Safety Car salió a pista y, a las dos vueltas de retirarse, el Williams de Ayrton Senna se estrelló en la curva de Tamburello, perdiendo la vida el piloto brasileño de 34 años.

Esta ha sido seguramente la mayor pérdida que ha habido en la F1, ya que en dos días dos pilotos murieron, entre ellos el mejor piloto en activo en aquel momento, una muerte que no solo marcó para siempre a Brasil y al mundo entero en aquella época, sino también a muchas generaciones posteriores. Todavía es una incógnita la causa de por qué el coche se desvió en una curva como Tamburello que se hacía a fondo en aquellos tiempos y que era rarísimo que un piloto cometiera un error de conducción. La teoría más predominante parece ser que la columna de dirección se rompió y el coche no podía girar, pero lo que sí se sabe con seguridad es que la muerte de este virtuoso de la conducción fue porque una barra de la suspensión le impactó en la cabeza. Incluso si se hubiese estrellado a la misma velocidad pero con otro ángulo, Senna posiblemente habría salido por su propio pie sin problemas. La carrera fue ganada por Michael Schumacher con Benetton, pero seguramente fue de sus 91 victorias la más triste de todas, ya que perdió a uno de sus rivales.
Pero un recuerdo que con cariño guarda la afición española fue la edición de 2005, cuando Fernando Alonso consiguió resistir los ataques del Ferrari de Michael Schumacher durante la parte final de la carrera llevándose la victoria, siendo probablemente la victoria más sufrida del asturiano de las 32 que ha conseguido en la F1. En el 2006 Michael Schumacher consiguió la revancha, y esta vez sí, ganó el Gran Premio de San Marino, batiendo a Fernando Alonso el año de su retirada en Ferrari.

Tras esta edición la Fórmula 1 dejó de visitar Imola hasta el año 2020 que regresó para reemplazar circuitos que cayeron del calendario a causa de la pandemia del COVID-19, pero esta vez con la denominación de Gran Premio della Emilia-Romagna, concluyendo con victoria de Lewis Hamilton, en el año en el que igualó el récord de títulos mundiales al último ganador de Imola en el 2006. En el año 2021 volverá, pero con la denominación más larga de la historia de un Gran Premio, ya que se llamará Gran Premio Del Made In Italy E Dell´ Emilia Romagna 2021.
Fuente: Fórmula 1 – Neumático Intermedio
COMMENTARIOS