Checo Pérez tuvo un fin de semana tan inesperado como doloroso. El mexicano terminó cuarto en el Gran Premio de Arabia Saudí, donde había largado desde la posición privilegiada por primera vez en su trayectoria.
El error apuntó, esta vez, al garaje de Red Bull que le hizo cambiar de neumáticos de forma precipitada. Esto le abrió el camino a los Ferrari y a Max Verstappen, ganador en Yedda.
El tiempo ha puesto las cosas en el sitio ideal. Checo Pérez logró tener su mejor clasificación en los once años que ha corrido en la Fórmula 1. La pole position la ganó gracias a exprimir el coche para hacer la vuelta perfecta en uno de los circuitos más sinuosos del mundo.
En la arrancada de este domingo, el mexicano tenía la encomienda de defender su posición contra los favoritos del año, los Ferrari. El Red Bull del mexicano salió a lo suyo: a meter el pie al acelerador y a bloquearle el paso a Charles Leclerc.
Su compañero, Max Verstappen, logró superar a Carlos Sainz para ponerse tercero y trabajar en equipo. Los Ferrari, ante el terreno perdido, debían esperar al cambio de neumáticos o a que ocurriese un incidente en pista para encontrarse con un coche de seguridad.
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